Las andanzas de un lobo estepario extremeño.

Aquí mis batallitas sobre cicloturismo, senderismo, montaña, viajes, naturaleza, música, teatro, ...

"Viajar en bici es hacer más grande el Mundo. Es aprender lo esencial de la vida. Es vivir el presente sobre todas las cosas. El placer del cicloturismo está mucho más en el camino que en el destino, son los medios los que justifican el fin. Durante días, semanas o meses, no necesitas más que lo que llevas a cuestas
" (del artículo: "Con la casa a cuestas", revista: Bike Rutas, Nº 4, 1999)

27 ago 2017

Luces y Sombras en el Camino del Norte (Tramo I: San Sebastián - Santander)


Este año estaba siendo bastante atípico a nivel personal, y como no podía ser de otra manera, esto ha repercutido en la decisión a tomar sobre las vacaciones de este verano. Andaba desmotivado y físicamente no estaba bien, incluso me planteaba no salir de viaje este año, y cuando al final me decidí y me puse en contacto con otras personas para poder realizar algunos de los viajes en bici que tenía en mente, y siempre en relación a los días que disponía, no pudo ser, ya sea por temas de fechas o por temas de recorrido, aunque al menos sí han servido estos contactos para “sembrar”, y quizás el próximo año pueda realizar algunos de estos recorridos, con algo más de planificación (Vía Claudia, la circular por Transilvania realizando la Transfagarasan, Cabo Norte... en fin, proyectos que por desgracia no puedo planificar tan a largo plazo por las circunstancias personales)...

Como no salió adelante ninguno de los viajes en bici que quería, opté por el plan B, o sea, coger la mochila y hacer un tramo del Camino del Norte, pero en esta ocasión a pie en lugar de en bici, que es como hasta ahora había hecho el resto de “Caminos de Santiago”, al menos los “troncales” (Camino Francés, Camino Primitivo, Vía de la Plata, Camino Sanabŕes, Camino Portugués, o incluso el Camino de Madrid). Era algo que tenía pendiente desde hacía tiempo, para cuando no tuviera nada planificado y siempre que dispusiera de unos días (porque la idea era hacerlo por tramos); además, este año particularmente tenía ganas de hacerlo a pie, con calma, en solitario, y de paso reflexionar un poco sobre las cosas que habían sucedido en los meses anteriores, y tiempo iba a tener, porque a diferencia del Camino Francés, que es una auténtica romería y más en estos meses de julio y agosto, éste es muchísimo menos transitado, y esto es lo que iba buscando, recorridos más “vírgenes”, mas agrestes y solitarios, aunque la verdad es que me encontré con más gente de la que preveía, y es que desde que hace un par de años la UNESCO nombró a todos los “Caminosdel Norte" como Patrimonio de la Humanidad (el Camino Costero, el Camino interior del País Vasco y La Rioja, el Camino de Liébana y el Camino Primitivo) ha tenido un boom considerable, aunque realmente en los últimos cuatro o cinco años se ha duplicado el número de “peregrinos” que se decantan por este camino, a diferencia de los pocos intrépidos que se atrevían a hacerlo con anterioridad al 2010, a juzgar por los datos estadísticos del Camino correspondientes al 2016.

En esta web podemos comprobar que el número total de peregrinos en el 2016 fue de 278.041, y que entre los distintos Caminos a realizar, el Camino Francés sigue llevándose la mejor parte, con un 63,4%, seguido por el Camino Portugués, que sube a un 18,7%, y por el Camino del Norte, con un alejado 6,2% del total... o lo que es lo mismo, las 17.238 personas del Camino del Norte frente a la romería de las 176.278 del Camino Francés... ¡casi ná!). Otro dato curioso, de estos 17.238 que hicieron el Camino del Norte, 10.254 pasaron por uno de los albergues que se ha convertido en los últimos tiempos, y en parte debido al boca a boca, en todo un referente al menos dentro de este primer tramo, como es el de Güemes,La Cabañadel abuelo Peuto”.

 Estadísticas de paso de peregrinos por el albergue de Güemes entre 1999-2016



 Estadísticas de paso de peregrinos por el albergue de Güemes por meses en el 2016

Como he dicho antes, tenía la idea del Camino del Norte como un camino poco transitado, más duro que el camino francés, muy interesante a nivel paisajístico aunque con menos carga cultural que el camino francés, a nivel histórico y a nivel de arquitectura civil-religiosa, aunque también con muchas cositas que ver, con un clima en estos meses de verano que sería más benigno que por el sur, donde estábamos sufriendo olas de calor con temperaturas de 40 grados sostenidas durante varios días... en fin, que parecía que era lo ideal en la situación en la que me encontraba.

Entrando ya de lleno en cuanto a lo que es el Camino en si mismo, en este primer tramo que estuve realizando entre San Sebastián y Santander, comentar que para mi gusto comenzó bien y fue aún mucho mejor durante las primeras etapas por el País Vasco, hasta llegar a Lezama (a escasos 12 km de Bilbao), incluida la primera etapa entre Irún y San Sebastián, de la que todos con los que contacté y que la realizaron me comentaron que les había gustado mucho. En mi caso particular, esta primera etapa me la salté, porque si bien es cierto que no conocía el recorrido al completo, también es verdad que ya había estado ya por esa zona, desde Hendaya a San Sebastián, así que me decidí por empezarlo desde ésta última y tener un día más de margen por lo que pudiera pasar, aunque al final acabé ganando un par de días en el recorrido global, por las circunstancias que más adelante comentaré.


En las primeras etapas no hay nada llano, todo es un sube y baja, al principio por terreno de montes suaves, verdes, salpicados de “caseríos”, paso por pequeños pueblos, marineros unos, de interior otros, unos con una parte vieja encantadora, otros más turísticos, de playa; magníficas panorámicas, como las que se pueden contemplar al paso por los términos de Zarautz y Getaria, con suaves cerros cubiertos de viñedos de donde se extrae la uva para el “txacolin” (un vino blanco), o las panorámicas desde arriba del monte, de los pequeños y no tan pequeños pueblos costeros con sus largas playas, por no hablar de las bellas panorámicas en el bonito recorrido costero hasta llegar a Somo, con vistas de los acantilados del cantábrico, por no hablar de sus coquetas y encantadoras calas y playas y del buen rollo y ambiente surfero que se respiraba por esa zona; o qué decir de esas curiosas y excepcionales formas geológicas, flysch, y de los acantilados del geoparquede la costa vasca, sobre todo en el tramo entre Zumaia y Deba (para esto hay que hacer la ruta alternativa a la 'oficial', mucho más dura físicamente pero mucho más interesante y bonita).

 Panorámica de suaves cerros repletos de viñedos, de donde se extraerá la uva para el "txacolin" (Cercaias de Zaratz, Guipúzcoa).
 Panorámica de Zarautz y su larga playa de unos 3 km, desde arriba, desde el  Talaimendi, donde se encuenta el camping de esta localidad. Al fondo, Getaria (cuna de Juan Sebastián Elcano), junto al monte San Antón, conocido popularmente como el "ratón" (Guipúzcoa).

 Paisaje de montes suaves salpicados de "caseríos".

Parte antigua de Laredo (Cantabria)

Orio (Guipúzcoa) visto desde el otro lado de la ría, y el balcón que comunica una vivienda con la robusta iglesia parroquial porticada de San Nicolás de Bari de Orio.

 Acantilados y playas en Cantabría, en el camino de Somo, en la etapa en la que llegué a Santander.
 Formaciones geológicas en el camino de Somo, en la etapa en la que llegué a Santander.

 Formaciones geolócias, flysch, en el geoparque de la Cosa Vasca, entre Zumaia y Deba.
El Camino junto a la costa, dentro del recorrido por el geoparque de la Cosa Vasca, entre Zumaia y Deba (este recorrido es una variante del itinerario que llega a Deba).

A partir de Deba el Camino vira hacia el interior abandonando la costa y dejando atrás las vistas de la costa y de los amaneceres junto al mar, y sin embargo, es cuando el recorrido se hace aún más bonito, más “virgen”, también más duro, con una etapa como la de Deba-Markina, que es la que tiene más desnivel de todas las del País Vasco, y en donde no se pasa por ningún núcleo urbano. Zonas montañosas, panorámicas con grandes masas boscosas, caminos empedrados o cubiertos de barro por la lluvia que cayó algún que otro día, que lo convierten en un verdadero calvario; senderos frondosos flanqueados por enormes y verdes helechos dentro de un manto verde de espesa arboleda, que hacen que ciertas zonas permanezcan en una umbría sempiterna, zonas donde se respira paz, soledad, tranquilidad, porque a pesar de que hay gente no es una masificación, y en muchos tramos pude encontrarme completamente a solas, que lo que realmente quería, sobre todo en estos primeros días, mientras en mi cabeza resonaba la frase de Reinhold Messner: “La soledad es una fuerza que te aniquila si no estás preparado para superarla, pero que te lleva más allá de tus posibilidades si sabes aprovecharla para tu propio beneficio”.

 Amaneceres en los tramos en los que el Camino transita junto a la costa.

La Costa Vasca ente Vizcaya y Cantabria

Montes de bosques de abetos envueltos entre la niebla recorridos por estrechos senderos, rodeados siempre de una frondosa vegetación...
 
Hay etapas que parecen de media montaña, donde se realizan subidas y bajadas pronunciadas, donde camino en solitario por laderas de montes, contemplando en los claros que deja ver la arboleda una vasta extensión de bosque, donde a primera hora de la mañana, en el fondo de los valles, se libra una peculiar batalla entre la niebla que aún persiste y se afana por agarrarse a las zonas bajas y a las copas de los árboles, y los incipientes y tenues rayos de sol matutinos que comienzan acariciando suavemente los cimas de los montes para poco a poco ir bajando a las profundidades, intentando diluirla, y de ese choque que comienza en el albor de la mañana, se desprenden los primeros jirones de niebla de ese manto algodonoso, un desgarro, elevándose de forma lenta, suave y armoniosa al mismo tiempo que poco a poco va diluyéndose en el aire, y todo este espectáculo visual se compenetra con el sonoro, con sonidos procedentes del mugido de vacas de algunos de los caseríos diseminados por estos montes, o de los graznidos de aves, sonidos que en el silencio de estos lugares acaban magnificándose por el efecto de caja de resonancia en la que se convierten estos valles y montañas encajonadas, con un sonido que retumba y que te hace sentir en plena naturaleza... bonito espectáculo...

Vistas a primera hora de la mañana, entre los claros que deja ver la arboleda, una vasta extensión de bosque.

Los primeros rayos de sol van iluminando la cima de cerros y montes, contrastando sus tonos dorados con los oscuros de la umbría del fondo de los valles...

La niebla se agarra en los valles, en las zonas más bajas...

bonito espectáculo... ¡siempre que no llueva!, claro, o que aparezca el incesante sirimiri, convirtiendo en esos casos los amaneceres en grises y húmedos, con caminos empedrados y resbaladizos, o caminos de tierra que se pueden convertir en un lodazal, o senderos estrechos y serpenteantes entre una frondosa vegetación que prácticamente lo ocultan, con altos helechos a ambos lados dentro de una espesa arboleda y envueltos en una burbuja de humedad, que nos hará creer que estamos en una selva tropical, y entonces... entonces el espectáculo que veremos será otro bien distinto al comentado en el párrago anterior. Un buen ejemplo de esta descripción es el recorrido por el áreanatural de Urdaibai, que para más inri, la UNESCO la incluyó como Reserva de la Biosfera, dentro del recorrido de la etapa que nos lleva hasta Guernica, inmortalizada por la célebre pintura de Picaso que alude al bombardeo que sufrió esta localidad durante la Guerra Civil Española, aunque también es conocida por el “Árbolde Guernica” (árbol que simboliza las libertades tradicionales del territorio histórico de Vizcaya y de sus ciudadanos, y por extensión las libertades de todos los vascos; en la actualidad aún es el centro de significativos eventos de la vida política vasca, como por ejemplo, la toma de posesión y juramento del cargo de Lehendakari).




 Puentes de piedra recubiertos de una vegetación exhuberante, calzadas bajo un túnel de vegetación, senderos y caminos empedrados flanqueados por una frodosidad y humedas desbordante...

Guernica... a la izquierda con una réplica del célebre cuadro de Picaso; en el centro una de las plazas de esta localidad; y a la derecha, junto al "Árbol Viejo" de Guernica, que muere en 1892, colocándose en 1926 en un pequeño templete circular en un costado de la Casa de Juntas para su exhibición.

Hasta aquí las LUCES de este primer tramo (San Sebastián - Santander) del Camino del Norte, porque no todo iba a ser bueno, y por desgracia, también tiene sus SOMBRAS, y muchas...

Desde Guernica en adelante, todo cambia... y ¡para mal!. Exceptuando la primera parte de la etapa entre Guernica y Lezama, el resto, y no me refiero sólo al resto de esta etapa, sino al resto del Camino hasta Santander, es mucho asfalto, demasiado asfalto, con etapas donde el 100% del recorrido es asfalto (ya sea carretera, pista asfaltada, carril bici, etc..) o caminos de hormigón; en ocasiones esto se sobrelleva contemplando algunos paisajes, pero en general se hace duro, aburrido, insulso, aprovechando muchos 'peregrinos' para hacer dos etapas en una, porque el recorrido francamente, no merece la pena, al menos desde mi punto de vista, y más si uno hecha la vista atrás y ve de dónde venía en los días anteriores... Es cierto que también hay algunas cosas interesantes que ver y disfrutar, por buscar algo bueno y positivo después de la desilusión de esta parte del recorrido, como son: el conjunto histórico de Castro Urdiales, la parte vieja de Laredo y su mirador-atalaya, el recorrido en barco entre Laredo y Santoña, el último tramo en la llegada a Laredo, haciéndolo por la variante (la alternativa a la carretera nacional), desde Hazas, caminando por la costa, pasando por la playa de San Julián en un recorrido más duro pero muy bonito y entretenido, casi de lo mejor de esos últimos días después de tanto caminar por asfalto...

 Conjunto histórico de Castro Urdiales. De izquierda a derecha: Iglesia de Santa María, Castillo-faro, puente medieval y ermita de Santa Ana.


 Panorámicas en el último tramo para llegar a Laredo, aunque utilizando la variante de la subida por la Playa de San Julián (foto de arriba), en lugar de seguir por carretera nacional.

Preparados para embarcar en el Puntal de Laredo, para llegar a Santoña, en un mañana fría y desapacible del mes de agosto.

En los primeros días, cuando caminaba por el País Vasco, iba pensando que si todo el Camino fuera igual de agradable, bonito y entretenido, con todo ese amplio abanico de contrastes en cuanto a paisaje, entornos y pueblos durante todo el recorrido, iba a resultar espectacular, una gozada, pero como he dicho antes, a partir de Lezama vino la desilusión, y como se suele decir, ¡no es oro todo lo que reluce!, ¡ni todo el monte es orégano!...

No es que desilusione sólo por la cantidad de asfalto que hay, y contra la que ya es complicado luchar, sino que también hay otras SOMBRAS, como es el tema de los albergues. Es cierto que en cuanto a albergues es un Camino en continua evolución, y que año tras año están creciendo estos, sobre todos los privados, pero actualmente, para el incremento de personas que está teniendo este recorrido, el tema de los albergues deja mucho que desear, y no me refiero tanto al tema de calidad, sino al de cantidad, ya que hay que pocos, sobre todo públicos, concentrados sólo en los finales de etapa, algunos con muy pocas plazas y en el mejor de los casos abren los meses de julio y agosto, permaneciendo cerrado el resto del año...

Si lo que pretenden es conseguir que estos Caminos del Norte sean más conocidos, más transitados, tengan más peso y notoriedad, y se asemejen al celebérrimo Camino Francés, para que de esta forma ayuden a dinamizar económicamente algunas zonas o pueblos de paso, además de dar a conocer la rica historia, cultura, tradiciones, gastronomía, entornos naturales y la gran diversidad en todos los sentidos de todo el norte peninsular, ¡¡más vale que se pongan las pilas y cuanto antes mejor!!, no sólo vale con nombrarles Patrimonio de la Humanidad, dotarles de fama internacional y echarse a dormir... Otra cosa es que quieran que estos Caminos sigan siendo para intrépidos, atrevidos o gente más “aventurera” (que por mi parte encantado de que fuera así), y si es así me callo, pero dudo que sea esto lo que quieran...

Pudiera ser que hasta hace relativamente poco era más que suficiente con lo que había, pero por lo que he visto durante este mes de agosto, se antoja un número corto, al menos podían ampliar el número de plazas y las condiciones, por no hablar del trato recibido es algunos albergues, porque esa es otra, y es que hay albergues que no abren hasta las dos e incluso algunos hasta las tres de la tarde, y eso en algunos caso se puede entender porque hay que hacer limpieza por las mañanas o por las razones que sean, pero lo que no es normal es que te tengan tres horas, o incluso mas tiempo, esperando en una cola hasta que abran. Al menos podrían hacer como hacen algunos sitios, que a partir de una hora vayan tomando nota de los que van llegando y asignarles un número de cama, de forma que puedan ir a dar una vuelta, hacer turismo, tomar algo o simplemente comer, porque el problema con el que nos hemos topado no es solo que en algunos albergues tengamos que estar tirados como perros durante horas en una cola en la acera, sino que además, no sé como pueden ser tan lentos en recoger unos datos como son: nombre, dni, procedencia, y poco más... en algunos es desesperante, llegando hasta hora y media para alojar unas cuarenta personas... así que si una persona llega de los últimos, primero le toca esperar en la cola hasta que abran y después hasta que llegue su turno, con lo cual, cuando le dan la cama puede que sean las 4 o las 4:30 de la tarde, así que o hay algún sitio cercano para comer y se hacen turnos para vigilar las mochilas que te aseguran la posición en la fila o cuando quieres ir a comer son las cuatro o las cinco de la tarde, o eso, o esperas y ya comes-cenas... 

 Peregrinos esperando a que abran uno de los albergues de Bilbao. En este caso hubo que esperar poco teimpo, y la "hospitalera" nos abrió las puertas de este pequeño albergue de 20 plazas incluso antes de tiempo y el trato recibido por ella fue exquisito.... el problema es que sólo había una ducha para todos. Como dato curioso, en la foto todos son extranjeros, exceptuando a dos chichas de Huesca, el resto: japonés, alemanas, inglesas, italianos...

Por otro lado, he notado también una gran diferencia entre los albergues donde hay “hospitaleros”, entendiendo por estos a voluntarios de asociaciones de amigos de los Caminos de Santiago, que realizan esta labor de forma totalmente altruista, incluso utilizando parte de sus vacaciones, y los albergues de los que se encargan personas que el ayuntamiento de una localidad contrata para los dos meses de verano, que normalmente ni han hecho nunca ningún Camino, ni saben de que va la filosofía del “Camino de Santiago”, y se limitan a llevarlo con unas normas estrictas, como si de un hotel se tratara, de forma impersonal, lo suyo es un trabajo remunerado y punto, no te pueden dar más información sobre el camino a partir de allí, de albergues que te puedes encontrar más adelante, posibles alternativas del recorrido del Camino en caso de que las haya, etc... incluso si te quedas sin plaza, no te ofrecen nada, ni un mísero metro cuadrado de césped para poner el saco de dormir y la esterilla o una tienda de campaña (el que la lleve). Hay otros casos en el que los “hospitaleros” se desviven por intentar atender a la mayor cantidad de personas posibles, sea ocupando cama, parcela en césped con tiendas de campaña o en pórticos de la iglesia que al menos te resguardan de la posible lluvia o humedad, pero por mucho empeño que pongan, no resulta operativo porque hay sitios que no están preparados para albergar a tanta gente y así nos encontramos con albergues que sólo disponen de una ducha y un aseo para hombres y otro para mujeres, con lo que las colas pueden resultar interminables, y más cuando se intenta, tambjén es cierto que con la mejor voluntad posible, acoger al mayor número de 'peregrinos' posibles para no dejarlos tirados, duplicándose el aforo... y las esperas...

Los albergues públicos (normalmente son de donativos o tienen un módico precio) son pocos y están concentrados prácticamente en los finales de etapas “previstas”, como ya he comentado anteriormente, con lo que si una persona quiere andar un poco más, bien porque quiere adelantar terreno por problemas de tiempo o porque cuando llega a un sitio no queden plazas libres, no puede, a menos que encuentre algún albergue privado por el camino o fuera de él (estos normalmente tienen servicio para recogerte en un punto y llevarte a él al día siguiente) que te salve del apuro, y por suerte en algunos sitios ya empieza a haber oferta de estos albergues privados que suelen tener precios normales, nada que ver con lo que puede suponer una habitación del hostal u hotel en una zona de playa y turismo, y más en temporada alta...

¿Qué está ocurriendo con todo este despropósito? Pues que casi todas las personas que empezaron el camino un día concreto, etapa a etapa se concentran en el mismo sitio, provocando masificación en un determinada localidad por falta de albergues o porque tienen pocas plazas, y porque no hay muchas más alternativas para que puedan seguir avanzando y puedan redistribuirse por el camino, a excepción de los que estén más en forma y puedan enlazar dos etapas, pero ni aún así tienen garantizados que en el punto de destino vayan a encontrar plaza, y esto tiene el serio problema de convertirse en una competición por conseguir albergue, obligando al personal a que cada vez madruguen más, que cada vez se vaya más rápido, que algunos opten por no parar en algunos de los sitios de paso ni a tomar un café porque en ese cuarto de hora te pueden adelantar unos cuantos de los que van por detrás... en definitiva que se pierde la filosofía de los que es el Camino, y todo se convierte en un disparate, en una locura, todo lo contrario de lo que iba buscando. Solo doy un dato, en este tramo desde San Sebastián a Santander, si bien es cierto que yo siempre pude quedarme en albergue público, también es cierto que todos los días acababan llenándose por completo, incluso en algunos casos se llegaba a duplicar, y la gente que no tenía cama pues dormía en colchonetas por los pasillos, en unos casos, en tiendas de campaña alrededor del albergue en otros e incluso en el pórtico de la iglesia en otro, pero también me consta de casos que por haber llegado bastante tarde y estar todo ocupado, y más si es sitio de playa y turístico, tener que coger un bus hasta una localidad de paso de la siguiente etapa en la que previamente hubieran hecho una reserva, porque a esas horas no les daba tiempo llegar andando y en el albergue no te dejaban ni dormir en el césped de la parcela que lo rodeaba...

Supongo, espero y confío que todos estos problemas se vayan resolviendo con el tiempo, garantizando así el paso fluido de peregrinos que al estar acostumbrados a todo lo que rodea a otros Caminos, en éste se encuentra un poco más desfavorecidos...

Otro cosa que comentar es el tema de la señalización, que si bien en el País Vasco está muy bien señalizado, al entrar en Cantabria ésta ya no es tan buena. No digo que uno se vaya a perder, porque preguntando se llega a todos los sitios y la gente es muy amable y se presta rápidamente a ayudarte, pero si es cierto que el “callejeo” por las pequeñas localidades o no tan pequeñas, deja que desear, al igual que el paso por otras zonas alejadas los núcleos de población. Al final todos llegamos a nuestro destino, aunque en ocasiones te pueden entrar las dudas de si vas en la dirección correcta, o puede que tengas que darte la vuelta, o dar un pequeño rodeo... Nada del otro mundo, pero como he dicho antes, todos los que vengan de hacer el Camino Francés, por ejemplo, rápidamente comenzarán con las comparaciones, porque están acostumbrados a lo fácil...

Os dejo AQUÍ un enlace para visualizar algunas FOTOS de esta ruta, que a diferencia de en otras ocasiones en las que me llevaba mi cámara reflex, en esta ocasión están hechas con una pequeña cámara compacta o con el móvil.

En cuanto a la guía que seguí, tanto para el recorrido, como para el tema de los albergues, así como  para la parte histórico-artística, fue la guía eroski para el Camino del Norte, porque es una guía que se actualiza constantemente, sobre todo para el tema de los albergues. Podéis consultarla  EN ESTE ENLACE (también da la opción de descargarla en PDF o incluso existe un aplicación para seguirla desde el móvil).

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